miércoles, 15 de febrero de 2012

Recuerdos del pasado: Tiny Toons

 En la segunda mitad de la década del ochenta, el por entonces presidente de la Warner Bros, Terry Semel puso su mirada en un particular fenómeno de los dibujos animados infantiles de aquella época. La televisión se veía plagada (de la misma manera que ocurre hoy con el cine) por refri
 tos de viejos éxitos de las décadas anteriores.

La particularidad de esta práctica, que no tenía nada de novedosa, residía en que el lavado de cara de todas las series que volvían a ser transmitidas, venían de la mano de un rejuvenecimiento masivo de los personajes. Es así como entre 1985 y 1990 pudieron verse Cartoons como Muppet Babies, Un Cachorro Llamado Scooby Doo (A pup named Scooby Doo, en el original) o Los Pequeños Picapiedras (Flintstone Kids).

Ni lerdo ni perezoso, el señor Semel quiso trasladar la movida que tan bien les estaba resultando a Hanna-Barbera y MGM entre otras, a su propio universo: el de los Looney Tunes. La idea era crear una nueva camada de personajes que volvieran a captar el clamor de los niños como décadas atrás habían hecho Bugs Bunny, Porky y Duffy (Lucas, según el doblaje latinoamericano).

Con el proyecto en mente, Semel recibiría la ayuda de Steven Spielberg, que se uniría como productor aportando también algunas ideas que serían base de la futura serie.

Spielberg, por ejemplo, fue quien propuso que los nuevos Looney Tunes no tuvieran una relación de parentesco con sus predecesores, sino que simplemente fueran sus guías espirituales (por decirlo de alguna manera).

Así las cosas, el proyecto comenzó a tomar mayor forma hasta que ganó un nombre propio: serían las aventuras de los Tiny Toons (Tiny por pequeños). Inicialmente se comenzó a trabajar para realizar un largometraje, pero más tarde en diciembre de 1988, se abandonó la idea reemplazándola por el más redituable concepto de serie animada (redituable, claro está, si es que tenía éxito).

Sin embargo, no sería sino hasta septiembre de 1990, dos años más tarde, que los Tiny Toons comenzarían a ser transmitidos por las pantallas norteamericanas. La emisión se extendería por tres temporadas, hasta septiembre de 1994. Durante ese tiempo una película y varios especiales salieron a la luz: “Las Aventuras de los Tiny Toons. Cómo Pasé Mis Vacaciones”; “Especial de primavera” y “Especial de noche de brujas”.

La historia, a grandes rasgos, mostraba a unos pequeños Looney Tunes tratando de sobrevivir a las enseñanzas de la ACME Looniversity. Cada uno de los personajes encontraba clara relación con alguno de las principales figuras de la Warner. Búster y Bubsy eran derivados de Bugs Bunny; Plucky de Duffy y así sucesivamente.

El cast se completaba con la participación de los Looney Tunes mayores, cumpliendo el rol de profesores de la looniversidad. Como ya se mencionó, la relación entre los mayores y sus sucesores era meramente espiritual y en ningún momento se hizo alusión explícita en la historia a lazos sanguíneos.

El show fue un éxito casi de inmediato, llegando a cosechar varios premios y nominaciones. En 1991, 1992 y 1993 participó en los Premios Emmy Matutinos, en la categoría de Mejor Programa Animado, triunfando en el 91 y en el 93. También en 1991 recibió un galardón de los Environmental Media Award (un premio para las producciones audiovisuales que apoyan el cuidado del medioambiente), por el capítulo Whales Tales.

Tiny Toons se consolidó como un suceso que trascendió no sólo las fronteras de su país, llegándose a emitir en lugares tan distantes como Japón y Argentina, sino también las fronteras de la televisión. A la ya mencionada película y los especiales hay que agregar un basto número de merchandising oficial que abarca desde peluches hasta historietas.

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